viernes, julio 31, 2009

Pleno al 13.

Hoy he asistido al Pleno Municipal porque se iba a votar la APROBACIÓN INICIAL DEL PLAN GENERAL (en adelante PGOU -te lo dedico, JL-) y del PLAN ESPECIAL DEL CASCO HISTÓRICO (en adelante PECH -te lo dedico aún más, JL-) y también para conocer al resto de concejales (al de Urbanismo ya le conozco bastante) incluídos los de la oposición, no vayan a caer por mi despacho un día que me pille de malas y ya la hemos líado.

Son trece concejales en total: siete de los Hunos y seis de los Hotros o al revés, me da lo mismo, lo mismo me da, a estos efectos. Votaciones: siete a favor, seis en contra.

No opino, yo solo informo.

Y como solo informo, que ya me cuesta, informaré que estará dos meses al aire, quiero decir en exposición pública, que cualquiera puede decir lo que quiera (hablar es gratis, en principio) y que aquí estaré yo para informar, solo para informar.

Informo de que la cosa no pinta mal pero aún es pronto.

NOTA.- De este mes no pasa: me compraré una máquina de fotos nueva aprovechando las rebajas.

jueves, julio 23, 2009

Espacios desangelados.









Esta plaza se me cruzó el otro día en Valladolid. Me llamó la atención porque es la típica que dibujada queda muy bien, pero al natural… pues en fin, no tan bien. El autor-diseñador ha querido molestarse, sin duda no es fruto de la improvisación.

Mientras hacía las fotos me preguntaba qué es lo que hace que un espacio quede así: tan vacío, tan soso, tan sin vida. Creo que una de las cuestiones sería la delimitación de la plaza por sus límites exclusivamente, sin particiones intermedias, sin árboles, sin bancos… no así sin farolas, donde se escapa la vocación diseñadora con mejor voluntad que resultados, aunque no están mal, no están tan mal.
Este abrir el espacio a sus fachadas, propio de plazas muy urbanas renacentistas, busca el protagonismo de los edificios, lo cual es muy loable cuando los edificios merecen ese protagonismo pero... ¿y si no es así? En este caso la “fachada principal” es un solar vacío.

El despiece del solado también nos habla de cierta vocación del diseñador, no es un azar, otro factor que luce en el papel y desluce, o se pierde, en la realidad.
En fin, que salvo para patinadores no veo yo que esta plaza tenga un uso y disfrute real. Habría que verla a las siete de la tarde (téngase en cuenta que las fotos están sacadas a las once de la mañana), pero me temo que ni a esa hora esté animada pues la ausencia de sombra donde cobijarse y de bancos donde sentarse hacen difícil una estancia apetecible.

jueves, julio 16, 2009

El ladrillo.


El hombre entró en mi despacho con una bolsa de plástico, de esas del supermercado y la subió a la mesa como para sacar algo de ella. Metió su mano que salió con un ladrillo agarrado: un ladrillo rústico, arenoso, calizo, blanquecino.
- Que digo que si la parece que ponga esto.
- ¿¿**,"&¡!?
- Es ahí, en San Juan.
(INCISO: muy típico de los pueblos y de provincias, te dicen San Juan como si lo conocieras y si no lo conoces te añaden el dato clave: sí, mujer, al lado de Santa María…)
El hombre me saca un dibujo a mano de una fachada con unos recercados en las ventanas de ladrillo. Me voy aclarando: está ejecutando la fachada de un inmueble del recinto histórico y como las normas estéticas son muy estrictas le han debido poner condicionantes muy duros. Saca un papel arrugado de la bolsa del supermercado que resulta ser la licencia de obras. En ella se especifica "la fachada deberá ser enfoscada y pintada combinada con ladrillo en tonos terrosos". Le digo con mi mejor sonrisa que hombre, ese ladrillo no es terroso sino calizo, que mejor sería un tono más oscuro, más rojizo, pero que solo por haberse molestado en llevármelo le diría muy agradecida que sí y el hombre me dice que vale, que buscará otro similar pero más oscuro. Seguro que me lo trae. Enternecedor, ¿a que sí?.

sábado, julio 11, 2009

Patrimonio Histórico.

FOTO: Muro de las lamentaciones. Al fondo, la ciudad de Jerusalem. Abril de 2008.
Todas las intervenciones en el Patrimonio Histórico-Artístico están sometidas a una autorización previa de la Administración, que antes dependía del Ministerio de Cultura y ahora del organismo correspondiente autonómico. Los mismos perros con distintos collares, que diría una buena amiga, ya muy mayor. En Castilla y León depende de las Consejerías de Cultura de la Junta, de las que existe una delegación en cada capital de provincia.
Pues bien, el otro día tuve el “honor” de asistir a lo que se llama Ponencia Técnica de Patrimonio que, como su nombre indica, está compuesta solo por técnicos. Estas Ponencias se reúnen una vez al mes y su objetivo es “proponer” la aprobación, denegación o requerimiento de cada tema que les llega, y unos días después pasa, con teóricamente mismo Orden del Día, a la Comisión de Patrimonio quien decide sobre los temas. Como puede imaginarse la Comisión está formada en su mayoría por cargos políticos aunque algún miembro lo es simultáneamente de ambas (Ponencia y Comisión). Rara vez se atreve la Comisión a llevar la contraria a la propuesta procedente de la Ponencia, aunque es legalmente posible.
La Ponencia a la que asistí es bastante típica: cincuenta y tantos puntos en el Orden del Día que deben ventilarse en el curso de la mañana. Como fui en calidad de arquitecto municipal de mi pueblo, sólo estoy autorizada a asistir a los temas que conciernen al mismo, que ese día eran unos doce. Me hicieron esperar en un vestíbulo desprovisto de todo rasgo artístico lo cual es loable por austero, supongo. Como ya me imaginaba la espera, me llevé mis libritos de Poesía y hale, a esperar. Por fin fui llamada al Gran Teatro del Mundo, me senté y tomé mis notas. Los ponentes eran doce personas, unos no decían nada, otros de vez en cuando opinaban y dos o tres lo decían todo, o casi todo. Me asombró el hecho de que el jefe técnico de sección conocía los asuntos e incluso había ido en persona a verlos, ya sabemos que es lo “lógico” pero a veces lo lógico es lo menos habitual. El caso es que se sucedían diálogos de este tipo:
- Que quite la reja.
- No, no, que la deje, que eso es típico.
- Pero eso será en Andalucía, no en Castilla.
- Bueno, que la quite pero que pinte la fachada de otro color más claro y discreto.
- …….
- Siguiente asunto: revocado de fachada y pintado en la Iglesia de San Quirce.
- La propuesta es favorable pero hay que recordarle al episcopado que debe solicitar y obtener licencia municipal, como todo el mundo.
- …….
- Siguiente asunto: construcción de vivienda en entorno de la muralla medieval.
- Ese chalet ya está medio hecho…
- ……
- Y dile a tu alcalde -dirigiéndose a mí, ¡pobrecita yo!- que inicie expediente sancionador, que son los ayuntamientos quienes tienen potestad para ello.
En resumen, de los doce asuntos, se dio luz verde a la mitad, aproximadamente. El nivel de conocimiento y profundidad de los temas, como puede deducirse, deja mucho que desear, pero no me atrevo a proponer otro sistema mejor pues lo que cabe preguntarse es:


- ¿Estamos ahora peor o mejor que antes de estos tribunales de la inquisición?

Y la verdad, tengo que reconocer que sí existe un sentimiento muy extendido de respeto por la cosa histórica y artística, que ha aumentado lento pero seguro en los últimos años, aunque no siempre se acierte y aunque paguen justos por pecadores. Y con esto, no dejo de llamarlo Tribunales de la Inquisición que es talmente lo que parecen las Ponencias, no quiero imaginar las Comisiones.

viernes, julio 03, 2009

Memorias de municipala.


Ya me la quisieron meter doblada el último, que digo, ni último, el día antes de tomar posesión. O tal vez fue a mi colega, el saliente, al que acompañé como carabina en sus dos últimas jornadas.
Nos había ordenado el alcalde visitar unas viviendas porque el promotor le estaba dando mucha lata con que el técnico le había dicho que hiciera unos tendederos; él los había ejecutado y luego el técnico no iba a verlos.
- Y por favor, si por casualidad no los tuviera hechos, me lo decís.
Allá fuimos y... ¿qué nos encontramos?: mamparas como las de las duchas, así como lo leéis, pero ni siquiera terminadas, tan sólo la carpintería presentada, sin cristales ni nada más, agarradas por tres o cuatro puntos a las paredes de una cocina de más o menos buenos acabados.
- Oiga, pero esto no está acabado, sólo presentado y... ¿cómo piensan rematar el hueco entre la mampara y el techo? – me atreví.
- Ya, ya… los cristales están encargados. En cuanto los traigan, los ponemos, y los remates, con escayola -aclaró el encargado.
- Mejor que no sigan – me volví a atrever.
Para empezar, los tendederos no eran tales pues por sus dimensiones no se puede materialmente ejercer la acción de tender (¡excitante tarea la de tender la ropa!) ya que no cabe alguien moviéndose. Para continuar, hacerlo con una mampara de baño es como mucha tomadura de pelo. Para seguir, como sabía que me iba a tocar a mí finalizar la historia, quería primero hablar con los responsables (la dirección técnica) para que me aclararan semejante dislate. Lo llamé, lo hablaremos… ya me amenazaba -¡el colega!- con que la obra tenía una subvención concedida y se le agotaba el plazo y nosequé, mira qué somos, y yo le dije:
- Eso déjalo que lo hablen entre el alcalde y tu cliente. Tú y yo vamos a hablar de si en el proyecto estaba así pensado, de tus razones para hacerlo y yo te juro que si la licencia de obras estaba así concedida, no seré yo quien ponga mayores problemas.
Le informé al Alcalde, como nos había pedido, y se quedó de piedra.
Ay, señor.