sábado, abril 19, 2008

DAMASCO.






























Asentada en medio del seco pedregal, en Damasco el cántico llamando a la oración es aún más impresionante que en Amman. Aquí es todo "más" que en Amman: más caos, más coches, más bocinas, más semáforos inexistentes, más zoco, más arquitectura, más árboles, más velos, más kaftanes, más olores, más mugre, más encanto...






Barreras y seguridad



JERUSALEM. Forma en la que acceden algunos ciudadanos a la acera de una calle céntrica desde la plaza ajardinada situada en el nivel superior.

Andamio en Jerusalem

Andamios árabes


Por problemillas informáticos no aparecen en el blog los comentarios de nuestra amiga Dnc, quien preguntaba sobre andamios vistos en Túnez.
La seguridad en las obras del mundo árabe, al menos el que yo he visto, haría palidecer a los sindicatos de la construcción españoles. Supongo que allí no hay estadísticas sobre accidentes, con lo cual queda demostrado que no hay más accidentes. Lo diría el rey, es un decir. El rey en Jordania reina y gobierna. Hay que salir fuera para ver lo bien que estamos, porque todo en este mundo es relativo y depende de con qué se compare, que diría Gila.
He sacado algún ejemplo, me hubiera gustado sacar más.
Claro que más cerquita y en Europa los tenemos también finos, cualquier día subo los de Portugal.

miércoles, abril 16, 2008

Amman I


Amman es una ciudad grande, blanca y gris. Asentada sobre colinas, se puede decir que está haciéndose, o a medio hacer. Numerosos solares vacíos se combinan con edificios modernos, y austeros, correctos unos, mediocres otros. Aquí la única ordenanza municipal parece ser el revestimiento a base de piedra caliza del lugar, lo que le da el tono blanquecino uniforme.
Los edificios, ya sean residenciales o de otros usos, ocupan un espacio algo anárquico. Si bien las calles están trazadas – a la típica forma árabe, sinuosa, pero trazadas al fin y al cabo- , el edificio se asienta cómo y dónde le da la gana dentro del solar y de la manzana. De esta forma, quedan numerosos huecos “a rellenar”, por donde crece la maleza a su libre albedrío. No hay plazas ni apenas jardines donde puedan disfrutar los peatones. Muy pocas calles están arboladas. En muchos casos, por su gran pendiente, resultan incómodas; las aceras a veces tienen hasta una altura de 50 cm respecto a la calzada; otras veces no existen.
¡No hay semáforos! Apenas algún tímido y despintado paso cebra en los cruces importantes. Los coches, cuantiosos, se disparan por las modernas y anchas avenidas; cruzarlas es jugarse el tipo. La gente no reconoce el nombre de las calles, sus únicas referencias son las rotondas de la gran avenida principal (First Circle, Second Circle etc).
Todo lo anterior referido a la ciudad moderna, siglos XX-XXI.

Amman II



Lo que allí llaman “Downton” presenta otro aspecto, mucho más típico, compacto y gris en sus fachadas. Es la ciudad vieja, típica árabe, un zoco a pie de calle, llena de colores, olores, cosas, velos, túnicas, carteles, zapatos, coches y taxis –amarillos-; tampoco hay apenas semáforos.
Luego está la parte hiper-moderna: un extrarradio extendido hasta casi el infinito donde van instalándose las nuevas dotaciones: oficinas, colegios, universidad, centros comerciales etc Sin variaciones respectos a otros extrarradios de cualquier otra ciudad.
En los supermercados se puede encontrar de casi de todo, y en los nuevos centros comerciales ya han hecho su aparición las tiendas de moda y restauración de firma occidental.

Amman III

(En la foto: hamburguesas jordanas congeladas, tienen el sello de calidad ISO-9001, como nosotros. Dedicada a mi colega JL).

El mayor encanto de Amman lo podríamos achacar a la diversidad de su gente. Visten desde lo occidental al más estricto uniforme musulmán pasando por todos los términos medios: vaqueros con deportivas y chador, traje de caballero con corbata y kaftán, chupa de cuero con palestina a la cabeza, y cualquier combinación posible. Soldados en cada esquina con clásico atuendo de camuflaje observan al paseante metralleta en mano; será por lo escaso: Amman es una ciudad no pensada ni hecha para el peatón. Jordania vive de su aparente neutralidad y seguridad en medio de una zona tan conflictiva; uno no siente temor por allí, pero tampoco se hace grato sentir armas apuntando por doquier.

Los minaretes de las mezquitas, en número importante -ningún barrio sin la suya-, salpican con gracia el paisaje urbano. Al atardecer por cualquier punto de la ciudad, terriblemente ruidosa durante el día, destaca la llamada a la oración en medio del silencio. Ésto último es de lo más impactante de la ciudad.

martes, abril 15, 2008

PETRA (Jordania).











PETRA (Jordania).







PETRA

En medio del desierto de Wadi Musa, en esa montaña y dentro de una grieta enorme, se esconde la legendaria ciudad de Petra. Sus ruinas fueron descubiertas por un suizo en el siglo XIX.
Dicen que la fundaron los nabateos, tribu árabe muy trabajadora y comerciante, unos dos siglos antes de J.C. Luego la conquistaron los romanos, los mejores ingenieros de la Historia. Hacia el siglo XIV debió ser abandonada.

La naturaleza espectacular propició esos sus colores, tan famosos. ¿Hasta dónde es árabe, cuando romana? ¿Dónde empieza lo labrado y acaba lo natural? Las civilizaciones no tienen líneas rectas, los pueblos se funden y se confunden en sinuosas curvas, por más que los seres pensantes quieran clasificar todo y acotarlo.

Cantaba Rosa León (creo que la letra es de Luis Eduardo Aute):

“Entre tu pueblo y el mío,
hay un punto y una raya.
La raya dice no hay paso,
el punto vía cerrada.

Caminando por el mundo
se ven ríos y montañas,
se ven selvas y desiertos
pero ni puntos ni rayas.

Entre tu pueblo y el mío,
hay un punto y una raya,
para que mi hambre y la tuya
estén siempre separadas”.