sábado, agosto 22, 2009

Certificados




Como la Plaza de Toros está en obras, andaba yo preguntándome cuándo y a quién demonios le pedirían el famoso "certificado" de la plaza de toros, ya que se ha instalado una portátil para las fiestas. El certificado lo que certifica (valga la redundancia) es que las instalaciones de la plaza cumplen el Reglamento de Espectáculos Taurinos, y si no hay certificado, no hay permiso para torear. Hasta aquí todo normal. Bien.
La aparejadora vino el otro día muy preocupada porque (suspiro mío de alivio) se lo han encargado a ella.
- Pero no te preocupes, le dijo el Concejal correspondiente, que cumple todo porque está homologada por la Junta (por la de de Castilla y León).
No obstante, la aparejadora que es muy cabal y algo cagadilla, le respondió que se tenía que leer el Reglamento. Una vez leído y comprobado que la anchura de las nosequé puertas no llegaban por seis centímetros al ancho mínimo requerido, ella se negó a firmar certificado alguno.
Yo hubiera hecho lo mismo y me hubiera costado un disgusto como seguro le costó a ella.
El caso es que rápidamente encontraron a otro técnico que estaba dispuesto a firmarlo incluso sin mirar (finalmente mirarlo lo miró, pero es obvio que no lo midió). Otro suspiro de alivio por mi parte.

No sé si la gente en general y los técnicos en particular conocen el alcance de hacer algo así. Normalmente (quiero decir, estadísticamente) no pasa nunca nada, hasta que un día pasa y... entonces ¿qué?: todos a denunciar al Ayuntamiento, a ver si depuran responsabilidades y/o sacan alguna tajada económica. No quiero ni mencionar la tajada política que una oposición medianamente preparada sacaría de un accidente. Y aunque no esté preparada.
Vamos, que yo si fuera concejala algún día, cosa que dudo aunque nunca se sabe, estaría cagadilla, tanto o más que la aparejadora. Hay que tener muchos arrestos, pero muchos, para ser político. No creo que sean conscientes. Aunque bien pensado, por eso, ellos, los políticos, siempre quieren escudarse en los informes técnicos, porque no se atreven a firmar algo sin un técnico que les respalde, aunque pueden legalmente hacerlo. Vaya, que tenemos más arrestos nosotros, en definitiva (¿?).

viernes, agosto 14, 2009

Plaza de Toros























Hoy he estado visitando las obras de restauración de la Plaza de Toros, como invitada, por supuesto.
Mucha gente piensa que ser arquitecto municipal es llevar todas las obras municipales. Pues no. Y no sólo porque a mí no me gusten, que también hay un poco de eso, sino porque hoy es tan complicado ejercer que se necesita de un equipo “multidisciplinar”, como se dice ahora. Nadie, por listo que sea, puede asumir los riesgos en solitario. Bueno, matizo: poder puede, pero no debe, a no ser que sea un frívolo.
Desde que acabé la carrera, allá por 1982, nos han colgado a nuestras espaldas además de todas las exigencias sobre seguridad estructural e interpretación urbanística, las siguientes cuestiones:
- Incendios.
- Salud laboral.
- Residuos.
- Ruido.
- Seguridad frente al deslizamiento y otros riesgos así de gilipollas.
- Medio Ambiente (y ambiente enterito a veces).
- Instalaciones de todo tipo, incluso de gas.
Y yo, la verdad, consciente de mis limitaciones, me niego a saber de todo. Tengo muy claro que hay que especializarse, que "quien mucho abarca poco aprieta", que quien se atreve no es porque sepa más sino porque es más inconsciente, y que si sirve de algo cumplir 50 años es para ir sabiendo lo que quieres en la vida y estar dispuesta a llevarlo hasta sus últimas consecuencias.
Y como al final no he contado nada de la Rehabilitación de la Plaza , os dejo las fotos y otro día, si tengo ganas, os lo cuento.

La visita fue curiosa y muy entretenida aunque tuve que estar de pie bastante tiempo, cosa que no debo hacer, y me dejó un dolor de rabadilla que a su vez degenera en mal humor... se nota, ¿no?