martes, febrero 10, 2009

Todos cómplices.


A PEDRO OJEDA ESCUDERO,
por haberme "obligado" a volver.
Entrada del lunes 9 de febrero.

Resulta difícil permanecer en silencio con la que está cayendo. Se supone que debes decir algo. A mí siempre se me dio mucho mejor hablar cuando nadie lo hace, cuando no se espera de ti, cuando a todo el mundo le parece que todo va bien. Yo lo dije, lo llevo diciendo años, algunos hasta se acuerdan. Lo dije, y me miraban como un bicho raro, lo mismo que cuando ahora digo que es posible que un día una fuerza magnética estropee todos los ordenadores del mundo y nadie tengamos nada (estaría bien: partir de cero todos, lo malo es que se perderían los blogs también).
¿Qué es lo que yo decía? Pues ésto: que el “chollo” inmobiliario se terminaría, que detrás de lo inmobiliario había -hay- mucha actividad que arrastra a otros sectores y que solo esperaba que el batacazo no fuera muy bestia.
Aún queda lo peor por llegar, cuando a los parados se les acabe el subsidio de desempleo, cuando… en fin, no quiero ser agorera.
La crisis inmobiliaria se veía venir, ¿lo veían venir?... ¿En qué cabeza cabe que se construya mucho más de lo que se necesita, que la gente compre edificios como quien compra acciones, lingotes de oro o bonos del tesoro? Es de locos, siempre lo vi claro. Creo que tengo cosas escritas por ahí, voy a ver si las rescato. Pero la gente me decía que no, que soy pájaro de mal agüero, que las viviendas nunca bajan de precio, que viva la vida y alegría para el cuerpo: vamos a urbanizar. Terror. "Vamos a urbanizar", como si eso fuera camino directo y seguro al progreso y bienestar.
Vivo en un piso de alquiler porque me negaba a embarcarme en un crédito que no sabía si iba a poder pagar (soy autónoma y no tengo salario fijo). Pero, sobre todo, me negaba a pagar un precio inflado artificialmente. Discusiones con propietarios e inmobiliarias para aburrir. Hoy veo que siguen con carteles puestos de “SE VENDE” y seguramente se quejan de la crisis. Compraron por dos, quisieron vender por seis y ahora, se lamentan de que no les dan ni cuatro.
La crisis financiera no sé si también se veía venir, pero desde luego tiene su lógica: viviendas tasadas por encima de valores de mercado, solo para facilitar la concesión del crédito por el importe total del precio de venta. Estupendo. Todos cómplices: tasador, comprador, banco e intermediario.
Todos hemos sido cómplices, todos: quien quiso vender su piso por mucho más precio de lo que le costó, quien se endeudó para poder especular después, quien calló lo absurdo de esa situación, quien le dio por reclasificar con la alegría puesta en la fe de que construir es bueno por definición (solo esto daría para muchísimo...)

No, creo que no me voy a poder contener. Habeis tocado mi punto débil.

(Muchos pensarán, que esos años nosotros, José Luis y yo, "nos forramos". Pues no, mire usted, fuimos del género tonto. Pudimos haberlo hecho (?) pero no. No tiene mérito: no sabemos hacerlo.)

2 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Me alegro de lo certero de tu vuelta. Que continúe.
Saludos.

Donce dijo...

Di que sí, preciosa! anda que no tuve yo discusiones por ésto y me decían: qué sabrás tú! pues mira, para no saber... no iba mal encaminada.
Una cosa tengo clara, yo no soy cómplice de este embrollo. Mientras veía a mis amigas dar pasos de gigante con sus espléndidas nuevas posesiones (a cambio de su antigualla + 40 ó 50 kg de deuda...) yo me quedé a verlas venir en mi cabaña -sin ascensor ni garajes-.
Hmmmm, me recuerda al cuento de la cigarra y hormiga...

Bueno, no me enrollo más "GuaPalupe", sólo que tenía olvidado este blog y es una pena pq me encanta!!! No sé de dónde sacas tiempo para tantísimo. Eres un Assssss.
Enhorabuena!!
muaccc