jueves, abril 30, 2009

New York, New York.

Os lo advierto: el título es una trampa.
Hay gente que porque escribes “nunca me faltó un techo donde cobijarme y un plato caliente” piensa que soy una rica heredera o algo así. El que nunca me faltó no quiere decir que me sobre, aunque claro, los límites siempre son difusos ya que depende de con quien se compare uno.
Hoy estoy muy lanzada, creo que necesito un corte de pelo a ver si se produce el Efecto Sansón.
Estoy hasta ahí, hasta los pelos, de ayuntamientos que no pagan. ¿Que están descapitalizados? Pues yo también, mire usted.
Estoy harta de secretarios municipales que no se saben los procedimientos, de concejales que no tienen preparación ninguna para ejercer (¿qué preparación hay que tener para ser político?), de alcaldes que pisan sobre las nubes, de leyes que se contradicen unas con otras, de temas medio-ambientales que son un paripé, de ineptos, de mí misma, de esta p crisis… El mayor mal no es la corruptela, que es ya muy malo, sino la ignorancia (la primera, la mía).
Y me callo porque ya me he desahogado, aunque sólo un poco.
Otro día hablo de New York, New York. Prometido.

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