lunes, enero 14, 2008

Paréntesis


La casa del poeta se nos quedó atascada en la trampilla donde se accede al agujero del silencio, cosa que, si se utiliza la razón y no la emoción, entra dentro de lo lógico. Porque ¿dónde estaba la trampilla?... Sí, sí, ahí, justo ahí: en el cuarto de baño.
La casa de baño, como lo llaman en Portugués, es la habitación más delicada y por ello, más importante de todo el hogar, así que pensarla requiere su tiempo.
Mientras nos desatascamos, vamos a colgar algunas cositas más pragmáticas, para mostrar también nuestras facetas prosaicas. Por ejemplo, esta introducción que Angel anda pensando en enviar a la prensa, ¡ay la prensa, miedo me da!

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