Dicen que la fundaron los nabateos, tribu árabe muy trabajadora y comerciante, unos dos siglos antes de J.C. Luego la conquistaron los romanos, los mejores ingenieros de la Historia. Hacia el siglo XIV debió ser abandonada.
La naturaleza espectacular propició esos sus colores, tan famosos. ¿Hasta dónde es árabe, cuando romana? ¿Dónde empieza lo labrado y acaba lo natural? Las civilizaciones no tienen líneas rectas, los pueblos se funden y se confunden en sinuosas curvas, por más que los seres pensantes quieran clasificar todo y acotarlo.
Cantaba Rosa León (creo que la letra es de Luis Eduardo Aute):
“Entre tu pueblo y el mío,
hay un punto y una raya.
La raya dice no hay paso,
el punto vía cerrada.
Caminando por el mundo
se ven ríos y montañas,
se ven selvas y desiertos
pero ni puntos ni rayas.
Entre tu pueblo y el mío,
hay un punto y una raya,
para que mi hambre y la tuya
estén siempre separadas”.
hay un punto y una raya,
para que mi hambre y la tuya
estén siempre separadas”.
1 comentario:
Pues daremos gracias a los nabateos por fundar esta maravilla en medio de la nada...
(qué envidia de viaje!)
dnc
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