martes, septiembre 16, 2008

FUNDACIÓN SERRALVES.Oporto.












Tiene toda la pinta de haber servido como mansión a una familia adinerada. Ubicada en un hermoso barrio residencial y relativamente céntrico de Oporto, donde abundan las villas con jardines, la Fundación Serralves ocupa toda la manzana delimitada por una valla de considerable altura. Dentro de la “muralla” que se abre a la calle principal (Avenida Mariscal Gomes da Costa) por una gran verja hoy cerrada, hay, básicamente, jardines: jardín romántico, jardín barroco, jardín botánico, lago, estanque, cascada, rosaleda, pérgola… presumo que no le falta de nada. Y digo presumo porque, en este caso como en otros tantos, me he limitado a hacer una prospección, ver que hay mucho para mirar, y prometerme que volveré con más tiempo.
Entre tanto verde, se alza en un rosa-rosa, casi escondido, el edificio que debió ser villa, vivienda de familia burguesa venida a más, o a menos, depende de a cuándo se refiera uno. Hoy alberga exposiciones itinerantes, esta vez relacionadas con el cine.
Y en un resquicio de la zona Norte del parque, anunciado por la entrada en escorzo al recinto, Álvaro Siza ha dejado su sello en el edificio que alberga el Museo de Arte Contemporáneo (aún algo vacío de contenido, este verano dedicado a Manoel de Oliveira, cineasta portugués). Las fotos expresan más de lo que pudiera contar.

Siempre me llaman la atención pequeños detalles en los jardines o en los espacios públicos, en este caso cómo han utilizado el adoquín, elemento que los portugueses manejan mucho y bien, para delimitar las zonas verdes de los paseos, y para ejecutar los canales de recogida del agua de lluvia. He aquí algunos ejemplos.

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